Carajo

En vista de que todo se ha ido e irá al carajo.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Media naranja.

Es un limón de cáscara dura y piel ácida. El haber pensado que era una naranja le jodió la vida. Sin embargo la naranja no tenía ese sabor que se podría acompañar con cerveza-. Resultó que eso era él para ella. Un verde limón. A la distancia y en el congelador se vuelve más fría la piel. Por lógica no debió apartarse y simplemente exprimirlo, tomar la cerveza y desistir como es debido.

La lógica falla, las neuronas más y ausente el alma a duras penas opina. El alma opina, vea pues, que cosa tan rara. Adulador él se baja del carro blanco, lo miró desde el balcón. Escupe unas cuantas frases displicentes a su compañera de turno, esa camisa blanca adornada por la corbata azul o gris.

La nariz aguda impide que me concentre lo suficiente. Un testaferro a los colores es su nombre, son sus manos y el sin fondo de sus pupilas. Deberían encarcelarlo a él y al limón. Así no habría más la posibilidad de volver a probar colores ni pulpas de frutas ácidas, en esa lucha de las personas básicas confundidas con comunes. Se podría sacar la cabeza. El limón podrido, la piel caída por la edad, ella sola, aparentando ser feliz con la siguiente naranja que resultó ser uva.

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